Invierno limeño con olor a pescado

De Lunes a Viernes me despierto a las 6.50 AM, para poder llegar a tiempo a mi adorado colegio, para hacer acto de presencia.





Todas las mañanas me despierto, bajo las escaleras medio zombi, llego al baño, abro el agua caliente y me meto a la ducha, me remojo por un buen tiempo, me aplico el shampoo, reacondiciador, luego el jabón, y salgo aún mojado. Cuando subo las escaleras directo a mi habitación, siempre pienso "Diablos, ¡Que frío!"





Ya en mi habitación, me hecho desodorante, me pongo el uniforme, y salgo dispuesto a iniciar una nueva aventura en el colegio. En el camino hacia la escuela, siempre me percato de un extraño e inusual olor como a pescado, y siempre me hago la misma pregunta "¿Qué es ese maldito olor?"





Investigando y preguntándole a mi madre, descubrí que ese olor provenía del mar, por que, por el clima, se movía y el olor a pescado abundaba, y como vivimos cerca de la costa, el olor es mas sensible a nuestro olfato.





Y despejé una duda de mi mente.





Llegando del colegio, todos los días me hecho a dormir, esperando la noche para hacer tareas y volver a dormir. Excepto los viernes, esos días duermo hasta las 4 PM, tomo una ducha y a eso de las 7 PM, voy a buscar planes para el resto de la noche. A veces camino por las calles de San Joaquín con mis infaltables compañeros de travesías, otras veces voy a Plaza San Miguel o tal vez a Larcomar con mi mejor amiga, Vanessa. Pero, hay algo infaltable en las noches de invierno en Lima, la neblina.















Aquí una foto del parque Quiñones de noche, la neblina haciendo borrosa la imagen.


Por lo que tengo entendido, la neblina se forma cuando hay un cambio repentino de clima, haciendo que el aire se enfríe y forme microgotas de agua en todo el ambiente.

Cuando tenía tan sólo 12 años, conocí a una chica que era un poco extraña. Un día estabamos en el parquecito, y nos dimos cuenta que había neblina, y la chica rara empezó a llorar, diciendo que siempre que veía neblina, le traía mala suerte.

Pobre chica, todo el invierno lo pasaba de lo peor.

Lo que mas me gusta de los inviernos es que, cuando exhalo, mi aliento sale en forma de vapor, es una cosa muy loca.

Insisto en que no hay nada mejor que Lima, con sus inviernos que según los meteorológicos nunca terminaran, y con los veranos que jamás tendrán fin.




Exhalemos.
Joshua

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