Todo empezó aquella noche, con mi sueño.
Soñé que había ido al shopping a hacerme un piercing, un piercing industrial, los que no saben como son, acá una idea:
Al día siguiente desperté con la idea de tener ese piercing, tenía 35 soles en mi billetera, y mi amiga me dijo q tenía amigos que me lo dejaban a 30, en el Shopping, así que le dije que me acompañara.
Pero estaba cansada, venía de la Guay y no tenía animos de nada.
Y esperé hasta el lunes, fuimos, todos me habían dicho que era un dolor insoportable, y que seguiría así durante dos meses.
Llegamos, me senté, me metieron la primera aguja, dolió, pero no tanto como todos decían, era un dolor normal, como si te la pellizcaran.
Llegó la segunda aguja, esta dolió aún menos, y cuando menos me lo esperaba, me dicen: Está listo.
Quedé sorprendido por la rapidez, y la sensibilidad que tuvo al ponerme el piercing, casi ni lo sentí.
Ya pasó un día y ahora ni lo siento, acá una foto del mió:
Un elemento más del circo
martes, 3 de febrero de 2009 | Publicado por Joshua en 9:29:00 p. m.
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